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lunes, 20 de diciembre de 2010

La elección de Cáceres como Ciudad de la Ciencia y la Innovación augura una buena base para su futuro y su posicionamiento en el contexto español

La elección de Cáceres como ciudad de la ciencia y la innovación, junto a otras 29 localidades españolas la reinvindica como capital provincial con una importante base tecnológica y científica y con mejores capacidades para adaptarse al nuevo modelo de desarrollo basado en el conocimiento que la segunda década del siglo XXI impone.

La relevancia de esta distinción se hace más evidente si tenemos en cuenta que en España existen 8.114 municipios (fuente: INE a 01-10 -2010). Cáceres, además lo ha logrado a la primera, ya que es una distinción que comenzó a estar vigente este año de la mano del Ministerio de Ciencia e Innovación.

El sello reconoce el importante esfuerzo y el compromiso que desempeñan este exclusivo número de ciudades en materia de I+D+i y su contribución, desde la esfera local, al imprescindible cambio de modelo productivo que se está produciendo en España.

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, valoró el esfuerzo de los municipios españoles para lograr el distintivo "Ciudad de la Ciencia y la Innovación" que, según ha comentado, tendrá "gran impacto en la ciudadanía" de las treinta localidades que han sido acreditadas. Almendralejo, es el otro municipio Extremeño que ha recibido tal distinción.

Este reconocimiento, no queda solo en el otorgamiento del sello, sino que el ministerio de Ciencia e Innovación adquiere el compromiso de ubicar preferentemente en los treinta municipios todas las actuaciones en materia de ciencia e innovación posibles.  Lo cual significa que Cáceres incrementará el número de eventos, conferencias sectoriales, reuniones científicas y encuentros relacionados con la promoción de la innovación que se realizan en la ciudad, con el consecuente impacto positivo en la sociedad, la ciudadanía, la economía y en otros sectores complementarios o transversales.
Se trata de desplazar a estos territorios "todo el ámbito organizativo" del ministerio, agregó la Ministra Garmendia, al valorar especialmente el "enorme esfuerzo" y la sólida consistencia  de los proyectos, que en el contexto de la ciencia y la innovación presentaron los municipios en sus candidaturas.
Algo que en Cáceres ha iniciado como estrategia y que se materializa hoy a las puertas de la segunda década del siglo XXI. Las expectativas vuelven a posarse en una ciudad que, además de un marcado carácter cultural, ha sabido innovar en sus procesos y fundamentar un modelo que agrupa competitividad, tecnologías limpias, respeto medioambiental, recuperación de zonas naturales y ampliación del espacio público, fomento de las industrias creativas y nuevas oportunidades para los ciudadanos.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Nace On Procesos Culturales

En estas semanas, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) fue dotado de una nueva ley que le permite modernización y eficacia. En el sur, la Junta de Andalucía pudo "salvar" la Colección José Guerrero in extremis. Hay que apurarse para ver las esculturas del Museo Chillida-Leku, el próximo 1 de enero cerrará con un ERE temporal a sus espaldas. La Fundación MACBA y la Fundación La Caixa, iniciaron una cooperación a largo plazo para crear y mostrar un fondo único y  han concebido un intenso programa que se materializará en cuatro grandes exposiciones.

Sí, el panorama cultural español se está moviendo, porque se está moviendo la sociedad y la economía. Detrás de cada una de las buenas o las malas noticias siempre hay un grupo de gestores. La gestión cultural debe moverse a la par del dinamismo de las sociedades. Nuestra capacidad de reacción debe equipararse al afán de vanguardia de los creadores. Siempre hay soluciones mejores cuando abrimos las ventanas y las puertas y miramos alrededor una y otra vez.

Las instituciones culturales están asistiendo a un momento crucial y de debate sobre su propio modelo, porque aunque hay amenos dinero, es evidente que también hay mas demanda de ocio inteligente.  Abandonar la lentitud funcionarial, atisbar más allá de los fondos públicos y mejorar la relación con las entidades y empresas privadas parece ser uno de los caminos más idóneos para seguir extendiendo la cultura como PROCESO.

Con ese ánimo surge On Procesos Culturales, una empresa que trata los proyectos como procesos para multiplicar su efecto sin invertir de más. Otras sociedades europeas lo están logrando mediante la implantación de modelos mixtos que activan el tejido empresarial, social y cultural de las ciudades.

Si comenzamos a trabajar de forma bidireccional, ambos extremos terminarán uniéndose en múltiples fases.

Queremos acompañar a quienes inicien ese camino de ida y vuelta, para convertirlo en un viaje de muchas direcciones.




viernes, 10 de diciembre de 2010

PLANES ESTRATÉGICOS, PROCESOS CIUDADANOS

Una de las ventajas de un plan estratégico en el ámbito cultural es la generación de procesos de participación ciudadana, liderados por personalidades indiscutibles y líderes de opinión, que a su vez trabajan con las dinámicas de consultoras profesionales especializadas. Esas entidades, casi todas de gestión privada y con cimientos en el tercer sector, poseen las herramientas para encausar debates previos a la definición de las líneas estratégicas necesarias para la reactivación cultural de la ciudad; y para crear una oficina técnica encargada del diagnóstico; el plan metodológico y la documentación que convertirá los problemas actuales en soluciones posteriores.

La mejor contribución que puede realizar una empresa consultora de ámbito privado a una comunidad autónoma, a un ayuntamiento, y en definitiva, a una ciudad, es la planificación consensuada de acciones que dinamicen el espacio público. Hablamos de consultoría estratégica, pero también de acciones cuya vigencia permanece intacta durante más de una década. Para ajustar, actuaciones más específicas e inmediatas, existen formulas como la realización de planes directores anuales, o planes de acciones municipales cada quinquenio.

Otra de las prerrogativas de un plan estratégico es capacidad de decisión para aplicar mejor los presupuestos públicos en materia cultural, a partir de argumentaciones contrastadas por expertos y de la carga conceptual generada durante todo el proceso, que es, por lógica, muy riguroso.

Los planes estratégicos, además, más allá de sus funciones son espacios de reflexión con una marcada dimensión participativa y que otorga legitimidad ejecutiva ante la búsqueda de resultados óptimos en la agenda y los espacios culturales de cualquier ciudad que, por extensión y con intención, podrían ser todos. La cultura, como demuestran los estudios recientes sobre consumo cultural y su impacto medible en la economía, el empleo, el espacio urbano y el surgimiento de emergencias artísticas que atienden sobre todo al ciudadano.


Tratar estratégicamente el rumbo de una ciudad, imaginar mejores escenarios y pensar a largo plazo, no es solo una reclamo lógico que ha distinguido a las ciudades avanzadas de Europa, sino un derecho de cada uno de los ciudadanos que las habitan. Para las instituciones públicas un plan estratégico, con la dimensión adecuada más que un gasto es una inversión que se recupera con facilidad mediante el turismo, el activismo de la ciudad y el protagonismo del sector privado. 

jueves, 9 de diciembre de 2010

UNA CIUDAD Y UN APELLIDO


Desde finales del siglo pasado, la reinvención cultural de una ciudad ya no está marcada por los milagros de crecimiento preestablecidos por sucesivos siglos de historia activa o por las oportunidades que su patrimonio ofrece.
Aunque son factores que sí influyen en el uso polifacético y la explotación turística de sus espacios, estos han pasado a una escala secundaria o subnivel.

Esto no significan que los turistas estén exhaustos de las ciudades históricas y patrimoniales, sino que las prácticas sociales más contemporáneas atribuyen a las ciudades nuevas capacidades para mejorar la experiencia y la estancia de sus visitantes en relación con sus ciudadanos.


El perfil cultural de las urbes que crecen mirando al futuro  parte cada vez más de la visión compartida del “espacio ciudad” por parte de instituciones, empresariado y ciudadanía. Ese consenso tácito tiene prácticamente el mismo efecto que una visión estratégica con una hoja de ruta común en la que está implicado el conjunto de la sociedad.

La eclosión de centros, museos, salas, auditorios, espacios de creación y sitios de interés cultural y artístico experimentada por las comunidades europeas ha topado de frente con una crisis que obliga a pensar más en los contenidos que en el milagro iconográfico de las arquitecturas de vanguardia.  No puede decirse que el modelo esté agotado del todo, pero sí es evidente que el reclamo comienza a homogeneizarse una vez que cientos de metrópolis y ciudades medias incitan al turismo desde lo visual y no desde las nuevas experiencias y la sostenibilidad económica.

Algunas ciudades españolas han reaccionado casi de manera instintiva ante el desafío de reinventarse a partir de lo existente una vez sea convertido en múltiples productos novedosos: tecnología, educación, ciencia, cultura, medioambiente. Han aparecido Ciudades Verdes, Ciudades Tecnológicas, Ciudades Culturales.  El apellido, o el adjetivo aparece como un factor diferenciador en la marca de la ciudad.

Es precisamente esa necesidad de adjetivar y de aportar una dimensión nueva, lo que evidencia la necesidad de un modelo de desarrollo cultural que ya no propicia la proliferación de infraestructuras sino la generación constante de nuevos procesos en espacios preexistentes.

Las ciudades, como estructuras complejas –y cuanto más complejas, mejor- han comenzado a vivir de su relato más que de su historia. Y aunque la historia cuente y mucho, los relatos son esas sutiles diferencias que le dan contenido a su apellido.  Son relatos de cómo se vive la cultura en ellas, de cómo propician la convivencia o simplemente de cuántas novedades podemos llevarnos en nuestra mochila de experiencias.

Buscar un apellido a la ciudad, sin embargo, no es cosa de tres días o un par de meses, sino una evolución natural de la imagen de la ciudad. Ya no viajamos de modo aventurero, por lo general, exploramos on line, leemos, indagamos y, en función de un conjunto de intereses, tomamos decisiones. Es precisamente el apellido o la adjetivación de las ciudades nuestro primer encuentro con la nueva realidad de una urbe que sin una imagen de marca es una más entre las otras, como la rosa del principito.