(Texto previo a la Exposición-acción de Omar Jerez. Madrid, marzo 2013)
La
probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que
creemos que es justa.
Abraham Lincoln
Los inmigrantes en situación "irregular" solo podrán acceder al servicio de urgencias.
PRIMERA DECLARACIÓN
Real Decreto-Ley 12/2012. (Reforma de la ley de sanidad Española)
PRIMERA DECLARACIÓN
El sistema español de leyes hasta el momento no contempla ni establece una regulación específica y completa relacionada con la eutanasia. Existe un texto normativo que referencia la posibilidad de vivir o morir voluntariamente. Ese texto es el Código Penal español. En él se señala la existencia de una sanción punible si alguien contribuye y posibilita la muerte voluntaria de otro ser humano. Aunque la sanción suele ser más leve comparada con otras conductas de instigamiento y cooperación en un suicidio ajeno, no deja de ser relevante.
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Omar Jeréz encarna a un enfermo de VIH para proteger la identidad del sujeto que participó en la acción-exposición |
SEGUNDA DECLARACIÓN
Por un lado tenemos este hecho
y por otro una ley que lo contradice: Da al estado capacidad para “acabar”
impunemente con la vida de seres humanos. Existen dos derechos básicos
sobrentendidos en la Constitución Española (1978), el primero es el derecho a la vida; el segundo, el derecho
a la integridad física y moral. Ambos constituyen los derechos más básicos y
primarios entre los reconocidos en el texto constitucional. El derecho a la
vida es el supuesto ontológico. Estamos ante una realidad tácita incluida en el
modo de vida social adoptado en la totalidad de sociedades modernas. Ante una
realidad básica que aporta verdad a posibles y supuestos derechos de la
ciudadanía. La obviedad le precede, podría decirse.
TERCERA DECLARACIÓN
En España hay más de 400.000
inmigrantes cuya situación es considerada irregular por un sistema público que
ni los asimila ni tiene capacidad para repatriarlos. De ellos varios miles
están infectados por el VIH y solo un 65 porciento sabe que está infectado. El
otro 35 porciento es ahora mismo una bomba de relojería con capacidad para
seguir infectando si continúan siendo obviados por el monolítico sistema
sanitario. Las cifras con su contundencia habitual dicen que existen entre 1.800 y 3.200 pacientes ya diagnosticados
que quedarán paulatinamente desatendidos
después de que la Reforma Sanitaria de Septiembre de 2012 dictaminara
que sin una Tarjeta Sanitaria es imposible recibir tratamiento antirretroviral.
Para este colectivo la única solución posible de prolongar su vida es llegar
medianamente consciente al área de urgencias de cualquier hospital y verbalizar
sus síntomas. Entonces recibirá un tratamiento paliativo, pero no un
diagnóstico de cura a largo plazo con retrovirales. En muchos de los casos será
el final.